Continúa de la Parte 1 >>>
(...) Por alguna razón la nota que dio Oprah Winfrey a una famosa entrevistadora norteamericana la semana pasada pegó fuerte en Heather Hogan, que luego de verla mal porque se la acusaba de lesbiana, se decidió a escribir su artículo con bastante furia y con algunos argumentos totalmente debatibles. Según ella Oprah lloró cuando la conductora la preguntó sobre los rumores de lesbianismo que la vienen siguiendo desde hace décadas, y como las lágrimas de una de las mujeres más poderosas de la Tierra parecen haber hecho llorar a los ángeles, Heather decidió tomar cartas en el asunto y enojarse porque, al parecer, las lesbianotas del mundo no hacemos más que presionar estrellas (gays o heteros) a salir del clóset, y eso a ella le parece q está mal… mira vos… >>>
Cierto es que Afterellen nunca fue una página web de rumores y cotilleo, no son de instigar actrices o de revolver armarios, y en general son bastante serias a la hora de escribir sobre ciertos temas, pero también es cierto que en muchas oportunidades han expresado su deseo o sus dudas con respecto a la sexualidad de algunas famosas, ¿o no? Porque yo recuerdo bien (además fue hace muy poco) cuando hablaron de Christina Aguilera, su reciente separación y los rumores que la relacionaban con Samantha Ronson, también cuando publicaban sobre ella y Lindsay Lohan, o cuando comentaron sobre Jodie Foster, Kristen Stewart y Ellen Page (estás últimas dos nombradas en el artículo en cuestión).
Entonces creo que antes de revolear la primera piedra, quizás deberías asegurarte de estar libre de pecados… o al menos de que tus pecados no estén en el archivo de la página más famosa sobre lesbianismo, ¿no?
La escritora de AE cree que hay tres razones por las que la comunidad lésbica intenta que las famosas salgan del armario. La primera porque todas pensamos que nada sería mejor que tener personas famosas fuera del clóset, porque la visibilidad es primordial a la hora de establecer el orden natural y “normal” de las cosas, y ¿no es genial cuando una actriz, cantante o conductora se anima a traspasar la puerta del ropero y decirle al mundo que es exitosa y además se la pasa haciendo la tijereta? Sí, lo es, es algo que no solo predicamos las que escribimos sobre este tema, sino algo que piensan muchas mujeres lesbianas de todo el mundo (no solo mujeres, los hombres gays también piensan lo mismo, aunque ellos sean de Saturno y nosotras de Júpiter).
Estoy más que segura de que estas veinteañeras (algunas) y treintañeras (otras) que escriben en Afterellen han crecido esperando que alguna actriz que admiraban aceptara su homosexualidad; creo que el más claro ejemplo es Jodie Foster. Una excelente actriz, una muy buena directora y además una mujer muy inteligente, pero creo que yo que si no fuera porque era un chonguito cuando era chiquita (así como Kristen Stewart lo fue de niña), o porque prefería asistir sola a las premieres (así como Ellen Page lo hace), y no hubiese estado toda su vida cubierta por rumores de lesbianismo, las lesbianas del mundo no la tendríamos en un pedestal, porque vamos, chicas, mujeres talentosas, hermosas y exitosas existen en todos los ámbitos, y sin embargo las tortas del mundo no les andamos creando altares a cada una de ellas.
Entonces, me pregunto: ¿está mal sospechar de una actriz? ¿Es malo comentar que quizás sea medio muffin? ¿Tan mal está tener el deseo de que esa persona a la que admiramos sea un poco como nosotras? Suponer, desear, añorar tener un poco más de visibilidad no creo que sea algo que dañe a nadie, ¿no? Después de todo, aunque ahora sea la frase “the pop culture site that plays for your team” (“el sitio cultural y pop que juega para tu equipo”) la que descansa bajo el logo de Afterellen, durante muchos años su bandera fue “because vibility matters” (“porque la visibilidad importa”), así que…
La segunda razón que da Heather para que las lesbianotas “obliguemos” a las famosas a portar la bandera del arcoíris es que si nosotras sabemos que alguien que admiramos o deseamos es del gremio, entonces tendremos más posibilidades con ella. Mmm, en este caso tengo que disentir. Yo deseo tanto a Kristen Stewart como a Eliza Dushku, todas lo saben; la primera puede ser que haya recibido su tostadora, pero la segunda tiene cinco o seis cafeteras por seguir sumando novios deportistas a sus filas. Si conozco alguna de las dos en la vida real, ¿me darán bola? Lo dudo. ¿Internamente deseo que sean lesbianas para acostarme con ellas? ¡¡¡No!!! Deseo que Kristen se acueste con mujeres, ¡no, tampoco! No cambia mi vida, simplemente lo sospecho, lo confirmo con mi gaydar y casi me jugaría un brazo a que lo es, ¿me modifica la vida? ¡¡¡No!!!
Sin embargo, si lo fuera y lo dijera, ¿cambiaría algo? Yo creo que sí. Que Anna Paquin haya hablado de su bisexualidad, que Ricky Martin finalmente se decidiera a blanquear su vida, o que Amber Heard (actriz que pocas conocen, pero que desde hace tiempo se ssabe que es tortona, y finalmente la semana pasada hizo declaraciones al respecto) vaya de la mano con su mujer a un evento público marca una gran diferencia, aunque muchas personas no se den cuenta de eso, o piensen que es un detalle menor y que un solo caso no hace a la diferencia. Gente, la visibilidad importa porque ayuda a “normalizar” una situación que se suele vivir a la sombras todos los días en todos los rincones del planeta…
La tercera razón, según ella, es que muchas lesbianas somos unas pavotas que no podemos separar la ficción de la realidad. Sí, es cierto que mucha gente le cuesta un gran trabajo darse cuenta la diferencia entre lo que es una historia guionada y lo que es la vida real de los actores que la interpretan, pero no creo que tenga que ver con la orientación sexual. Por ejemplo, encuentro muchas chicas que creen ver una llama entre Heather Morris y Naya Rivera (quienes interpretan a las “Brittana” en Glee), pero también a los que se ilusionan porque creen que esa maravillosa química y tensión sexual (sí, es sarcasmo) que hay entre Lea Michele y Cory Monteith (Rachel y Finn, más conocidos como “Finchel”) existe en pantalla porque los actores se revuelcan en los trailers.
Mucha gente creía ver lesbianismo real entre Jennifer Beals y Laurel Holloman cuando se ponían en la piel de Bette y Tina en The L Word. Y aunque Laurel sea bisexual, por más que esté casada con un hombre, yo solo pienso que son excelentes actrices. Después de todo es su trabajo, ¿no? Hacernos creer que desean a otra persona, sea hombre o mujer, porque también los homosexuales pueden ser grandes actores (algo que debería entender esa fábrica maldita llamada Hollywood), ¿no están de acuerdo?, es lo que les da de comer a los intérpretes profesionales...
No me odien, pero... ¿quieren culminar de leer esta extensa carta? Ok, aquí está la tercera y última parte!
esto que quedar en "stand by"..
ResponderEliminarEso de que el público en general se pase rollos con las parejas de las películas o series es como normal, ya sean heteros o gays.. al final es parte del mercado no más..
Ojalá AE no se vuelva (más aún) puro cotilleo de verdad es una pena que haya dejado de ser lo que fue en un principio..
Muy buenaaaa, pero otra vez en suspenso!!!! noooo!! quiero leer el final!!!
ResponderEliminar