GLEE (3X13): pone el "Heart" sobre el tapete (By Débora Dora)

NOTA EXCLUSIVA PARA "DEBORARTE" POR DÉBORA DORA

Hace mucho que no digo esto, pero me gustó bastante “Heart”, el último capítulo de Glee, y anteúltimo si contamos que en una semana comienza un nuevo break. ¿Les dije lo harta que estoy de los cortes? Pero no importa, porque si “On my Way”, el capítulo de las Regionales, es tan bueno como este, al menos nos quedaremos contentas por seis semanas.

Hoy elegí no hacer el recap como venimos haciéndolo con @Camila0109 desde que comenzó la temporada, porque creo que este capítulo, escrito por Ali Adler (a.k.a. “la peor lesbiana del universo”) y dirigido por Brad Falchuk (alias “mi marido”), tiene algunos elementos dignos de análisis. ¿No sé qué les parece a ustedes?

Vamos partes como dijo Jack, el Destripador, y como decía el idiota de mi profesor de Impuestos a quien aún hoy recuerdo con desprecio:

“SAMCEDES”, UN ROMANCE ÉPICO… O ALGO ASÍ

El otro día muchas se preguntaban si era posible que el amor que, supuestamente, Quinn Fabray (Dianna Agron) va a encontrar en el próximo capítulo fuera el nuevo muchacho del colegio, Joe Heart (Samuel Larsen). Y mientras que algunas decían: “No way, se conocen hace diez minutos”, otras respondían con soltura: “Es Glee”.

Y sí, es Glee, porque solo en Glee pueden construir este épico romance entre Sam (Chord Overstreet) y Mercedes (Amber Riley), que nos vienen torturando con su drama amoroso desde hace algunos capítulos, en base a un summer fling, a una agarradita de manos en la cafetería y a un beso raquítico en un escenario. ¿Era como para que Mercedes le cantara la desgarradora canción de Whitney Houston (si la hubiesen querido hacer a propósito, no les salía)? ¿Para tanto? 

Realmente me alegro de la vuelta de Trouty Mouth, pero creo que su personaje está desperdiciado en estos romances adolescentes insufribles, primero Quinn, luego Santana (Naya Rivera) y ahora Mercedes… Entonces pienso que al menos esta chica, a diferencia de otros momentos, tiene una línea argumental, porque antes se limitaba a pelearse con Rachel (Lea Michele) por un solo o a organizar una sentada por sus frituras, pero no pasaba de allí. 


Lo que me da lástima es que cuando pedimos a gritos que se ocupen de otros personajes, todo lo que saben hacer es ponerlos en pareja, como si esas fueran las únicas problemáticas que tienen los adolescentes: con quién ir a la fiesta de San Valentín o qué muchacho/chica elegir. No es nuevo esto del triángulo amoroso, si lo pensamos bien fue uno de los arcos más importantes de la primera temporada y por partida doble: Rachel – Finn – Quinn y en el mundo adulto Terri – Will – Emma. ¿No es suficiente ya?

SUGAR, UNA ROMPECORAZONES

No, no es suficiente, porque además de todo el drama “Samcedes” que me aburre y me tiene sin cuidado, la mayor parte de este capítulo especial de San Valentín gira en torno a la cita de Sugar Motta (Vanessa Lengies), que ha decidido tener una fiesta privada y alegórica en Breadstick (sí, se ve que Rosewood no es el único pueblo con un solo restaurant), con el dinero de su papá (que no es de la mafia, aclaremos), y que quiere que todas las parejas festejen este día tan especial. Todos menos las personas solteras, que son deprimentes. Ella está soltera, pero no por mucho, como asegura, porque Artie (Kevin McHale) y Rory (Damian McGint) comenzarán a pelear por su atención.

Bueno, al menos este triángulo no me aburre como el otro, porque está tomado desde el lado humorístico y lo vamos viendo avanzar en la competencia por el corazón azucarado de esta chica, mientras los nipones (Jenna Ushkowitz y Harry Shum Jr.) cantan y bailan una linda versión de “L-O-V-E”. Nuevamente… sé que el capítulo gira alrededor del amor, pero ¿solamente el amor romántico y de pareja crea historias interesantes para llevar a la pantalla? Por ejemplo, ¿no podemos ver algo más de Tina que no involucre a Mike? ¿Será mucho pedir?

Por otra parte, ¿les dije cuánto amo a Sugar? Necesitaría todos los bombones del mundo para expresar en kilogramos mi amor por este magnífico personaje que creo que es una de las mejores cosas que le han pasado a Glee en esta tercera temporada.

“FINCHEL” ME LA SECA!  

Sí, lo voy a decir así de una, concreto. Pensar que yo echaba porras por Rachel y Finn (Cory Monteith) cuando Glee comenzó, porque que el chico popular y dulce se quedara con la loser del colegio era un sueño hecho realidad. Aún recuerdo ese primer beso, interrumpido por el grito de “mailman, mailman”, y mi deseo de que la morocha le quitara el novio a la rubia mala. Pero lamentablemente Finn fue demasiado manoseado por los guionistas y lo que queda de él me hace odiarlo tanto como a Artie.

Verlo robando el viento de Rachel me deprime mucho. ¿Cuándo se van a dar cuenta de que como pareja central estos dos tienen cero química? Ya fue… ¡basta de romance!, en serio, centrémonos en otra cosa. Como por ejemplo, qué va a hacer Finn luego del secundario o cómo le irá a Rachel en la Gran Manzana. Glee, ¿en qué mente cabe que el tema del matrimonio adolescente tiene algún interés en el año 2012? En serio, ¿hay alguien en este mundo, sacando a las tres preadolescentes que se criaron leyendo cuentos de hadas, al que le pueda resulta interesante esta storyline? Yo misma quiero interrumpir la boda en una escena épica, porque me parece una locura desde el vamos haber planteado el tema.

No puedo creer la mitad de las reacciones que reciben cuando les comunican las maravillosas noticias al glee club. Sí, creo la de Quinn y la de Kurt (Chris Colfer), que me parecen gente inteligente, incluso la reacción de Puck (Mark Salling), que pregunta para cuándo esperan el bebé, pero ¿las de los demás? Sigo insistiendo en que deberían taparle la boca a Tina, con razón nunca habla, cada vez que lo hace le mete ideas en la cabeza a Rachel… ¿La mejor respuesta? Claramente la de Santana, que acepta que Berry tiene el derecho a decidir junto a quien ser infeliz el resto de su vida. Aunque, ¿realmente es necesario firmar una libreta para eso? Ay, Glee, Glee…

GORILA ROMANTICÓN


Creo que todas nos dimos cuenta que no era precisamente Blaine "Harry Potter Gay" Anderson (Darren Criss) el que le mandaba mensajes anónimos a Porcelana. Ojo, no leí spoilers así que no esperaba que el gorila que ejercía de mensajero de San Valentín fuera precisamente Dave Karofsky (Max Adler).

¿Era obvio que el mayor bully de la escuela estaba enamorado de Kurt? Mmm, quizás. Que le gustaba, seguro, después de todo lo vimos perder los estribos y besarlo en plena discusión. Que Kurt sacaba lo peor de él se notaba. Que Kurt iba a sacar lo mejor de él también se vio venir. Decir que lo ama, guau... No me sorprende, pero me alegra gratamente.


¿A quién más le dieron ganas de abrazar al osezno cuando Kurt con mucho tacto rechaza su afecto? Yo sí, de hecho, quiero que Kurt se dé cuenta que Dave es más interesante que su novio, el que usa pantalones que apenas cubren sus pantorrillas.


Pero sabemos que no va a pasar. ¿Saben que estoy segura que tampoco va a pasar luego de esto? ¡"Faberry"! No solo porque si Quinn declara su amor, este show se convertiría en la competencia directa de The L Word y de Queer as Folk, si no por lo que acaba de suceder en esa mesa de Breadstick. ¿No les recuerda a nada? Estoy segura que ustedes sí son inteligentes, lo que me pregunto es qué pensarán el resto de los gleeks que no prestan atención a estas cuestiones...

No existe un paralelismo más exquisito en este episodio como el de Kurt/Dave y Rachel/Quinn. El bully descarga su furia en el gay del colegio, el objeto de su afecto. ¿No es lo mismo que hacía la ex cheerio? ¡Qué curioso! ¿No? Pero no... en los ojos de los demás es imposible que la rubia sienta algo por esa chica que siempre odio... Por eso dicen que ciego es el que no quiere ver...




RACHEL Y SUS PADRES GAYS

Finalmente dos personajes muy esperados hicieron su primera aparición después de más de cincuenta capítulos. No hay nadie que no recuerde aquella foto del piloto en que Rachel habla de ellos. Sí, uno era bajito y con anteojos y el otro negrísimo y enorme, por lo que el mero hecho de que Rachel no supiera cuál de los dos era el padre biológico era hilarante. Salvo por detalles, no sabíamos mucho más de los señores Berry. Sí, salvo sus nombres. 

Pensé que Hiram y Leroy eran nombres que habían sido pronunciados en algún momento, sin embargo no lo podía recordar. Los fanfics me hicieron tambalear esa creencia, porque todas las lectoras aprendimos, después de consumir muchos, que esos son sus nombres reales para nosotras, lo que no sabía es que eran oficiales en Glee, ya que aparecieron por primera vez en la precuela, una novela que se editó solamente en Estados Unidos y que hasta el momento no he leído. Si alguna tiene un link para compartir, se agradece, porque dicen que está muy bien escrita.

No importa que los nombres de los padres gays de Rachel sean oficiales, sus personalidades para mí no lo son, por eso no me terminan de convencer ni la elección de Jeff Goldblum y Brian Stokes para interpretarlos ni sus personalidades. Sí, los chistes gays estuvieron buenos, pero mmm... no me cierran, porque para mí estos personajes tomaron demasiada dimensión en el universo del fanfic y esperaba otra cosa de ellos… Especialmente que odien a Finn, algo que no sucede…

EL BESO MÁS ESPERADO

Voy a decir varias cosas al respecto, porque este asunto no se merece menos de mi parte, como escritora de un sitio lésbico y como seguidora de la serie. Primero que nada quiero aplaudir a Heather Morris, porque le puso garra. Pensé que iba a criticarla, en especial debido a sus últimas actuaciones, pero al menos un par de veces le creí el amor. Voy a criticar a Naya porque, nena, estás a punto de llevar a cabo uno de los hechos más esperados de la serie, ¿y recibís el beso con la cabeza ladeada y la boca abierta? Really? Fue más triste que el beso entre Hermione y Ron en la última Harry Potter, my Goddess!

Luego, tuvimos la oportunidad de ver en varias ocasiones a las “Brittana” actuando como pareja. Bailando al principio, sentadas y juntitas, mirándose acarameladas, incluso cuando Brit-Brit le muestra la hilarante lista de canciones que pensaba grabarle a su novia para San Valentín si hubiese sido capaz de aprobar Jardín de Infantes. Así que al menos en este capítulo las chicas se muestran como “girlfriends, girlfriends” y es muy interesante su historia. ¿Por qué? Porque, como ya dije, “Heart” fue guionado por Ali Adler, quien ya nos ha dado un capítulo muy aburrido y mil razones para criticarla, en especial por aquel escándalo de hace algunos meses, ¿lo recuerdan? Sin embargo, la señora lo utilizará a su favor y hará un gran guiño a las fanáticas de esta pareja lésbica.

A punto de sellar sus labios en el pasillo, las porristas son interrumpidas. Sus bocas en primer plano no se llegan a tocar, casi como recordando todos esos momentos en que las “Brittana” podrían haberse besado, pero jamás lo hicieron, como por ejemplo aquella vez en la cama, situación que algunos guionistas de la serie están seguros que nos debería haber dejado más que conformes. 

Pero no… las chicas no se besan, porque al grito de lo que será una de las mejores quotes de Glee, “Teeeeeeen lesbians”, el director del establecimiento (Iqbal Theba) las cita en su oficina. No, no está bien que el romance sáfico sea expuesto a los ojos del estudiantado, y en una magnífica secuencia, un piquito diminuto de las “Brittana” entibia nuestros corazones para ser eclipsado por una desagradable toma de los “Finchel”, como los llama también el director, intercambiando saliva.

“Doble estándar”, grita la latina y yo no puedo dejar de reírme, porque es exactamente de lo mismo que las lesbianas belicosas del mundo hemos acusado a los creadores de Glee. Casi como en un paralelismo lo que se le ha criticado a la serie ahora se le critica al colegio.

Santana no se queda de brazos cruzados e intenta ver si el grupo cristiano de la escuela tratará a su Valentín como a cualquier otra mitad de una pareja, y esto lo hace aún más interesante, porque además son creencias las que se ponen en el banquillo. Las mismas creencias que en su momento criticaron la gayday que exuda Glee en cada capítulo y que lo volvieron a criticar en estos días.

Me gustó cómo estuvo tratado el asunto. Podría haber sido un beso forzado, y aunque claramente hubo una construcción para llevar a cabo ese beso que no fue del todo orgánica, utilizar la realidad y contestar a las fanáticas fue una movida inteligente. “Love is love, baby”.

EL AVATAR

Finalmente uno de los ganadores de The Glee Project ha entrado en Glee con un personaje bastante interesante. He leído chicas que dicen que el muñeco este es hot, aunque ellas le pegarían un baño, mientras que otras personas simplemente odian sus rastas. No puedo hablar de su físico, porque cada vez que lo veo me lo imagino pintado de azul, conectando alguna de sus rastas a un bicharraco para comenzar a volar sobre Lima, Ohio. Sí, chicas, este muchacho de sandalias y ropa hippona parece salido directamente de Avatar, y juro publicar la imagen si alguna de ustedes le pinta el rostro de azul con Photoshop. ¡Gracias!

¿Por qué me pareció interesante? Es un muchacho que ha estudiado toda su vida en su casa, hijo de un pastor y con creencias firmes, que parece que ha llegado para quedarse. No me molesta a la vista, aunque estoy esperando constantemente que se trepe a un árbol, tiene linda voz y puede tener una buena línea argumental… claro, si esto no fuera Glee. Digamos que por ahora estamos en buenos términos con Teen Jesus, siempre y cuando mantenga sus rastas lejos de Quinn…

ALABADO SEA EL SEÑOR Y LA LESBIANITUD DE QUINN FABRAY

Quinn vuelve a sus raíces cristianas cuando Mercedes decide fundar el Escuadrón de Dios, algo que me parece atrayente y nada fuera de lugar, si recordamos que los tres personajes sentados en el aula tienen un background religioso importante.

Los chicos del grupo deciden recaudar dinero cantado serenatas de San Valentín a cambio de diez dólares, algo que el coro había decidido no hacer en base a sus pasadas experiencias. Si les doy 100, ¿podría lograr que Quinn me cantara diez canciones al oído y que los demás desaparecieran? 

No solo Finn utiliza sus servicios, porque claramente él solo no puede entonar nada y sus temas son siempre aburridos, sino que además Santana finalmente logra, luego de un interesante debate, que los chicos canten el mash up “Cherish Cherish” a su Brit-Brit en plena fiesta, momento que culmina con el beso.

¿El debate? ¿Qué haría Jesús ante un pedido como este? ¿Qué piensa su Dios sobre “la gente gay”(como de manera desagradable nos define Mercedes)? Joe no quiere juzgar a nadie, pero no conoce gente gay, entonces no sabe qué pensar. Es interesante ver que no está repleto de prejuicios por desconocimiento, mientras que a Sam le parece algo común y ni se lo plantea.

Mercedes en medio de la puesta en común sale con esta cita que casi me descostillo: “Dicen que una de cada diez personas es gay. Si esto es cierto, eso significa que uno de los doce apóstoles debe haber sido gay. Yo creo que es Simon, porque ese es el nombre más gay”. Pero no todo termina allí, porque además de haberle contestado al nuevo muchacho que ella misma le garantiza que sí ha conocido gente gay (duh!), y pone una cara que no deja lugar a interpretaciones (¡vamos chicas, que el subtexto se me escapa de las manos!), Quinn Fabray, la gran pressed lemon, parece estar muy bien informada sobre todo lo que la Biblia NO dice sobre la homosexualidad. Para el libro sagrado comer langosta es una abominación; hacer el amor con Rachel, definitivamente no lo es. Jesús nunca dijo nada sobre gays y lesbianas, porque es obvio que Jesús tenía temas más importantes de los que ocuparse.

Perdón, pero mi imaginación vuela cuado la escucho hablar con tanta pasión, y me la imagino un año atrás, quizás durante su embarazo, quizás después, sentada en su cama leyendo la Biblia, o algún libro similar, y buscando todo lo relacionado con la homosexualidad, pecados y pase libre hacia el infierno, para tranquilizarse a sí misma. 

Sí, Quinn, te lo digo yo, no es pecado que ames a Rachel Berry. No es pecado que le grites lo que pensás sobre su inminente boda, no es pecado que tu corazón esquive unos cuantos latidos cuando ella te dice que le encantaría verte vestida de dama de honor, aunque todas sepamos que más le encantaría verte desvestida, y tampoco lo es que, aunque tengas ganas de partirle la cabeza a Finn Hudson, le hagas el favor de cantarle una serenata en el patio, porque después de todo, aunque ni siquiera estés ahí para cantar, podés mirarla con deseo y tomarle la mano sin que nadie sospeche…

¿Compartimos algunas fotos más de “Heart”?

 ¿No es toda comestible?

 No puedo creer que alguien me caliente tanto incluso con esos atuendos...

No sé si mirarlas a ellas que lucen tan sweet o reírme de la playlist de Brittany.

 "Si piensas que me vería bien vestida de dama de honor, Rachel, no te imaginas cuánto mejor luzco sin ropa".

¿Qué le anda pasando a HeMo? La semana pasada con sus movimientos simiescos mientras cantaba Ricky Martin, ahora sentada con las piernas abiertas. Y encima con esos pantalones bajo la pollera... ¡Por todos los dioses!

Rachel aprensiva, porque cree que Quinn sigue enojada con ella por el temita de la boda...

Pero no, no solo no está enojada, sino que encontró la oportunidad perfecta para mirarla con esa cara de embobada.

 Rachel claramente está feliz por verla cantándole solo a ella.

 Ay, y ahora Fabray se hace la tímida...

 No importan ni Sam trepándose a la mesa ni Santana sonriendo cuando Quinn está a un costado intentando rapear, siendo la palabra "intentando" la clave de la cuestión.

Y así comienza la secuencia en la que la rubia justifica su presencia en esa serenata y aparece el contacto físico.

 Toda caballerezca Quinn lleva de la mano a Rachel, que se siente en las nubes.

 Con el orgullo que la escolta por el patio, por si se pierde la pequeña...

De pronto la cámara hace un zoom sobre el rostro de Rachel, y les juro que pensé que su gesto se debía a que su futuro marido (puaj!) había aparecido en el patio para ver si le había gustado la canción, pero...

 ... no no no, es esta la toma siguiente... Gracias editores por regalarnos este formidable subtexto.

 Hablando de gestos poco femeninos... creo que HeMo no es la única.

 Perdón, chicas, pero no puedo dejar de babosearme.

Vamos con la ternura Brittanezca, ¡sigan así! 

Me robé esta foto del Tumblr, porque really.... Santana knows!

 Ay, quiero poner a Sugar sobre el tablero del auto para que mueva la cabeza al andar... ¡Es divina!

 Así es como una cantante baja del escenario con gracia. Sí, Sheldon, ¡sarcasmo!

 Ok, ni seguir una simple coreografía... ¡Cómo te quiero, Lady Di!

 Breathtaking!

 Reemplacen a Puck con mi rostro, y a las dos chicas con las "Achele". ¡Gracias!

 Ahhh, y seguimos con los gestos...

 Nótese la sonrisa y la mirada de Quinn Fabray ante el espectáculo sáfico.

"Jeeeesus", grita Sugar, y Quinn y yo nos la disputamos para ver quién de las dos la pone en la mesita de luz.

 No, Naya, no, no me regales cuello partido en este momento. Sí, HeMo, sí, compro toda tu actitud.

Lea estuvo linda durante todo el capítulo, pero cómo me gusta cuando hace de corista.

Pensar que hace un tiempo se las estabas prohibiendo a Santana... ¡Cuánto camino recorrido!

Sobran las palabras...

 No sé hacia dónde manejan, pero de seguro es el auto más gay del universo...

 Really?

¡Este es el Glee que a mí me gusta!

No, Quinn, ni comer langosta, ni plantar diferentes semillas en un campo. ¡ESTO ES UNA ABOMINACIÓN!

By @Debora_dora