"LOST GIRL": la chica que nos perdió a todas...

Lost Girl es una serie imperdible. Al menos si te gustan los shows de fantasía y de casos sobrenaturales. O también si sos lesbiana y te gustan las chicas lindas, que tienen muchas probabilidades de acabar juntas. O es ideal también si no tienes nada para ver. Sí, sí, Lost Girl podría ser tranquilamente un nuevo placer culpable.

Busqué esta serie canadiense después de la insistencia de una amiga: “tenés que verla. Es tan mala que tenés que verla”. Ok, cómo resistirse a esta descripción, ¿no? Además, cuando agregó que a su guion malo se le suma el hecho de que la protagonista está entre un hombre y una mujer, y que es un ser sobrenatural claramente bisexual, caí rendida a sus pies aún sin haber visto una sola escena.

¿De qué trata Lost Girl? Bueno, la chica perdida del título es Bo (Anna Silk), una morocha treintañera que se la ha pasado huyendo la mitad de su vida. Una badass que puede ser seductora e intimidante a la vez, y que no puede quedarse en un solo lugar, porque cada tanto le agarra hambre (mmm ahora entiendo a Faith cuando decía que quedaba “hungry and horny”), y debe ceder a sus instintos. ¿Qué instintos? Bueno, Bo no es una mujer muy normal, y lo primero que sabemos de ella, además de que trabaja en un bar y que está dispuesta a ayudar a los necesitados, es que para darle una mano a una chica es capaz de matar a un hombre. Pero no se imaginen a una pistolera, ni tampoco a una loca que saca una cuchilla y anda tajeando gente por ahí. No, no, Bo rescata a una jovencita de un modo muy particular: besando al hombre que la amenaza. Besándolo hasta la muerte, porque tiene el poder de sacarte la energía y dejarte sonriente, pero bien muerto.

Así empieza esta historia, cuando Bo salva a Kenzie (Ksenia Solo), que es humana, ladrona y muy curiosa, y por su culpa termina siendo llevada a un mundo secreto, escondido de los seres humanos, donde habitan los faes, seres sobrenaturales de todos los tipos y colores, de esos que hemos visto en las películas, de los que hemos leído en los libros, y de los que han surgido de las diferentes mitologías con las que se trató de explicar el mundo desde los orígenes.

Bo no entiende, y nosotras tampoco, pero ahora se acaba de enterar que es un súcubo, y por eso seduce hombres y mujeres y los drena hasta matarlos. Pero hay muchos como ella ahí afuera, camuflados entre los humanos, haciendo de las suyas. Así que ahora que Bo sabe a dónde pertenece deberá elegir entre los faes de la luz y los faes de la oscuridad, dos bandas que equilibran el universo y que se mantienen en una cordial tregua. Así que le dijeron: “querida, o te haces republicana o te haces demócrata, pero tenés que elegir un bando. No podés andar atendiendo los dos teléfonos por ahí”. 

Es que toda Lost Girl es una dicotomía constante; o es negro es blanco, o sos lesbiana o sos hetero, o sos fae o sos humana, o sos buena o sos mala… Pero como Bo es una rebelde, logró zafar de afiliarse a un partido y anda suelta por la vida, porque seguramente ella es alguien mucho más especial, y por algún motivo algunos le temen, otros la envidian y otros la investigan. 

Ésta es Bo, que pasa a quedarse en la ciudad y a vivir con su nueva amiga Kenzie, lejos el mejor personaje de la serie, porque es la que le pone humor a las situaciones y la termina metiendo en problemas cuando intenta sacar provecho de sus poderes para investigar casos sobrenaturales.

Ah, sí, esta es Kenzie... soy yo sola o... se parece un poco a Thora Birch (American Beauty). Lo que sea, ¡Kenzie es adorable!

Después tenemos a Dyson (Kris Holden-Ried, un actor canadiense que tiene una amplia filmografía y actuó en Degrassi: The Next Generation), una especie de hombre lobo con poderes que aún no se han terminado de conocer. El tipo es policía y está hasta las amígdalas con Bo, además es el único con el que por ahora se puede acostar sin que estire la pata. Aunque él está metejoneado con ella, Trick (Richard Howland), el misterioso dueño del bar fae, lo instiga a que su relación no involucre sentimientos, al menos hasta que descubran quién es la chica y por qué anda suelta por el mundo.

Del otro lado, Lauren (Zoie Palmer), una mujer humana, una científica acartonada que queda flasheada con Bo apenas la ve, y que trabaja para los fae de la luz, pero que no puede involucrarse con la chica porque ella aún no ha tomado una decisión sobre su pertenencia. Además, tampoco debiera involucrarse porque si chocan  sus labios (y está muy claro que ambas se tienen ganas), Lauren podría terminar un poco fría y azul. De todas maneras, por propósitos científicos solamente (sí, claro, rubia, todas te creemos), Lauren ayuda a Bo a tratar de controlar sus instintos.

¿Qué más puedo agregar de esta serie? No mucho, salvo que tienen algunos momentos deliciosos, unos diálogos estrambóticos y que no tiene vergüenza al lanzar indirectas muy directas de un lado a otro. Sin pelos en la lengua, los personajes de Lost Girl se relacionan de una manera que es imposible que no nos hagan reír.

Yo amo las series con elementos sobrenaturales, por lo que un show protagonizado por un súcubo bisexual para mí es imperdible, así que se imaginaran que si comparten mis gustos, no puedo dejar de recomendárselas, amiguitas, y aunque ya está por terminar la primera temporada, Showcase ya la renovó para una segunda, ¿qué les parece? Oh, sí, tenemos Lost Girl para rato…

¿Quieren más razones para verla?

Puede ser por el mero hecho de que Bo puede controlarte con solo rozarte... ¿Y quién no ha soñado con dominar una mujer a su antojo al menos una vez...? ¿Qué? ¿Yo sola?

O.... puede ser por esto...

... o por esto...

También los distintos looks de la sidekick de lujo que tiene Bo pueden ser un aliciente...

Yo me inclino por las pelucas y por la complicidad de estas dos... (también mantengo la esperanza de que Kenzie se dé cuenta de que es un poco lesbiana... ¡debería serlo!).

Ok, si hasta ahora no las convencí, estoy casi segura de que con la foto de este trío me van a prestar un pcoo de atención... ¿no?

Ok... ¿qué les parecen los juegos mentales? A Lost Girl le gusta jugar con nuestras cabezas...

Listo, ¡basta! Ahora sí, la tensión sexual entre Bo y Lauren realmente vale la pena, señoritas... Es lo que siempre esperamos: que finalmente la protagonista de una historia esté entre un hombre y una mujer, ¡y no entre dos tipos barbudos y recalcitrantes!

  

¿Quieren más? Ok...

Y con esto me despido, señoritas, porque esto suecdió en el primer capítulo, y hasta ahora no hubo una sola escena que pudiera superar este momento de profesional atención médica.