"PARA VESTIR SANTOS": Einstein, Madame Curie y Simón de Beauvoir

Bueno, como ya vaticiné, la lesbianitud va escaseando en Para Vestir Santos, por lo que estos resúmenes se van consumiendo de a poco. Dejando de lado que el personaje de Celeste Cid que tanto hemos llegado a querer está por reincidir en la heterosexualidad, el capítulo del miércoles pasado me aburrió bastante y careció de la típica frescura que suelen tener la entregas de esta genial serie. Bueno, quizás porque tuvo unos tintes más dramáticos es que no apeló tanto al peculiar humor al que nos tiene acostumbradas.

Así que bueno, hagamos esto rápido, como si quitáramos de un solo tirón un apósito.

CONCHUDA (Gloria Carrá): le voy a dar su espacio, porque creo que aunque sea una reventada, la Conchu se lo ha ganado (la escena en que explota y luego habla con el tío Horacio es un excelente ejemplo de la verdadera cara de esta mujer, que de vez en cuando aflora bajo esa gran capa de resentimiento que lleva a cuestas).

Sí, se lo ha ganado en este capítulo en especial, en el que la blonda media hermana del resto de las San Juan llevó a cabo su plan maléfico: ¡quitarles la casa de su padre! Aunque ella le corresponde la mitad, las otras viven ahí, así que es obvio que se le hará difícil desalojarlas, o cobrarles un alquiler, porque aunque las diéramos vueltas a las tres no caería ni un moneda del bicentenario de sus espantosas ropas.

Es gracias a la Conchuda que ahora tenemos un nuevo personaje en escena: un abogado joven (Esteban Meloni) y (supuestamente) buen mozo, al que la rubia le quiso clavar los dientes, pero no lo logró.

VIRGINIA (Griselda Siciliani): cuando me pregunto por qué una mujer se deja golpear por un hombre, siempre me rompo la cabeza pensando en mil razones, pero ver el caso de Virgi Piernaslargas no me aclara el panorama. Digo, a la legua Roy (Antonio Biravent) era un desastre y con luces de colores iba dando señales; sin embargo, ella es insistente, un poco ciega y bastante pelotuda (y lo digo con enojo), para no hacerles caso.

Caso si le hará a sus sueños, porque al parecer el Chamán (Héctor Díaz) no deja de hacer apariciones estelares en el mundo onírico de esta mujer, y Virgi considerará una señal volvérselo a encontrar en medio de un parque, charlando con el tío Horacio (que ya se confesó ante sus sobrinas). Un beso incómodo con este hombre que de por sí es todo incómodo la volverá a llevar a brazos del Plomero Confundido (Rafael Ferro) que, al principio del episodio, le había pedido matrimonio en lo que podría considerarse la proposición de casamiento menos romántica de la televisión. Virgi también lo siente así, pero parece que la chica volverá por más. Ah sí, ni se les ocurra preguntarle nada de Julio, porque Virgi Piernaslarga no quiere hablar del tema, ¿entendieron?

SUSANA (Gabriela Toscano): la mayor de las San Juan sufre un claro caso de indecisión. Tiene a David y Goliat (Alfredo Casero menos porra) pululando por la Casa del Pueblo, como si también viviera ahí, lo deja meterse en asuntos que no le conciernen y al rato le dice que no se meta. ¿Quién te entiende?

El papel de Susi fue bastante triste, en especial la escena en que se arrepiente de haberle dicho de todo a su Tío (Hugo Arana), uno de esos momentos en donde Toscano se ha destacado. Como si fuera poco, teme quedarse sin techo y sin hermanas, y recurre al hombro de Sergio (Fernán Mirás) para llorar, despertando los celos de “Adolfo”, que parece que no tendrá mucho más lugar en su vida, como todos los romances, que en PVS tienen fecha de caducidad.

El casamiento que habíamos visto en el adelanto es parte de la imaginación del Tío, que lo que siempre ha deseado es ser el padrino de casamiento cuando sus sobrinas lleguen al altar. Aunque con las ropas que planean casarse estas tres mujeres, se les debería prohibir entrar a una iglesia (no me digan que Male no parecía una cabaretera).

MALENA (Celeste Cid): siempre me he quejado de los tiempos extraños que maneja Para Vestir Santos. Estas chicas viven una vida acelerada (o la vida las vive a ellas), y es lógico que el amor llegue y se vaya de la misma manera, ¡a las apuradas! Así vimos cómo Male intentaba tener algo con su nuevo amigo Damián (Daniel “desaparecido en acción” Hendler), luego besaba a Laura (Martina Gusmán) en un casting, se planteaba su sexualidad como por dos minutos, esquivaba a la chica en el ínterin, tomaban café, se acostaba con ella, probaba el poliamor y se separaba, porque no podía estar con nadie “ni hombres ni mujeres”. Dos segundos más tarde, Ema Brosio (Julieta Díaz) entraba por una ventana y se iba por la puerta grande, cinco segundos después. Claro, ¿cuánto más le podía llevar a Male volver a dudar de sus elecciones sexuales, por así decirlo?

Male ve a un abogado en una reunión familiar (conozco casos de divisiones de bienes muy similares, #truestory), lo vuelve a ver y el tipo la alcanza a su casa, le saca el teléfono, la invita a salir y se ven en un café. Le preguntaría a Piper Perabo y a Lena Headey si el amor a primera vista existe, porque al parecer sus miradas se cruzaron y ellos han sucumbido…

Bueno, suponemos eso, porque Male, confundida, le confiesa a Virgi que le sucede algo con el abogado, y luego el abogado no puede contenerse y se declara mientras toman algo en un bar. Claro, todo esto no se les nota. Bueno al tipo un poco sí, porque los hombres son así, y Male es hermosa, eso lo sabemos, pero a la chica no se le mueve un pelo si es que realmente le sucede algo con él. Ojo, quizás es bueno esto y significa que Male seguirá tanteando las aguas sáficas y que el viento soplaría a nuestro favor en este caso.

Quiero aclarar que no digo que esto no suceda, vamos, chicas, la bisexualidad existe, ¿no? (¡la bisexualidad son los padres, D.D.!), pero digo… en un programa en donde pasan tantas cosas y en el que hay poco tiempo como para desarrollar un personaje, ¿no sería mejor abocarse a una sola tarea? Ya que vamos a hacer que Male se plantee su sexualidad, ¿por qué no mejor dedicarnos completamente a eso por varios capítulos? ¡Desarrollo de personajes! ¡Desarrollo de líneas argumentales! ¿Es tanto pedir?